EL BRUJO DEL CUERVO


"La idea de fundar bancos para blanquear dinero era una ocurrencia genial, y el soberano no podía dejar de pensar que, si obligaba al brujo del cuervo a revelar su secreto de cómo hacer crecer dólares en los árboles, el dinero cosechado también se podría poner fácilmente en circulación..."


                                 El brujo del cuervo (Wizard of the crow) de Ngugi wa Thiong'o

"Y les voy a hablar desde el corazón con la verdad como siempre lo hice, y también con la convicción de que si seguimos adelante vamos a lograr esa Argentina que soñamos hace mucho, mucho tiempo...."

Cuando Stanley McAllister escuchó esa frase se acordó de Pugliese. Muchos años llevaba en Argentina como representante del CityBank y no pudo menos que esbozar una sonrisa sarcástica delante de los otros banqueros que lo acompañaban. 
Los miró y disparó la frase que todos esperaban: "Vamos a llenarnos de dinero otra vez. Este país es un oasis". 
Mientras el presidente continuaba su discurso, los otros representantes de los Bancos más poderosos de la Argentina se frotaban las manos. 

"En estos meses se desataron todas las tormentas juntas pero no por eso vamos a perder las esperanzas, debemos madurar como sociedad y no seguir viviendo por arriba de nuestras posibilidades, ni convivir más con la corrupción".

Gómez Minujin, del J.P. Morgan evocó los memorables días del 2001. "Hay que estar preparados para lo que ocurra en Turquía.....". Las carcajadas no lo dejaron terminar la frase. Sobre todo porque la voz del Presidente sonaba a un responso funerario:

"Y cuando pensamos que se habían despejado todas las dudas sobre nuestra capacidad de cruzar al otro lado del río, pasaron cosas que volvieron a sembrar dudas, una fueron los problemas de Turquía".

Antonio Losada, del HSBC Bank Argentina se frotó las manos. Contemplo a sus colegas y se sorprendió de estar escuchando las mismas frases que había escuchado en el 2001. Solamente que este Presidente les hablaba a ellos. 

"Conociendo este panorama llamamos al Fondo y les explicamos la nueva situación, y el Fondo accedió a hacer un nuevo plan. Hoy nuestro equipo viaja para allá para tratar de llegar a un acuerdo lo antes posible. Estamos viendo los detalles técnicos que van a estar listos en días y esto va permitir despejar definitivamente cualquier duda sobre nuestro financiamiento en 2019".

En ese preciso momento comprendieron que se podían ir tranquilos. Estaban felices. Exultantes. Eufóricos. Se acordaron de todas las ganancias que habían hecho en Argentina. Ya no importaba Turquía, Venezuela, las tormentas o los cuadernos. Al fin y al cabo, los corruptos eran otros. 

"Quizás esta es la última oportunidad que tenemos de que la verdad salga a la luz. Y nos toca vivir el siglo XXI que es un siglo lleno de desafíos, lleno de conflictos, pero existe a una gran oportunidad para los argentinos si somos capaces de madurar y aceptar cuáles son las tareas que tenemos pendientes hace muchos años. Sigo creyendo sin dudarlo que tenemos todo para salir adelante, absolutamente todo", terminaba su discurso el Presidente.

Sergio Lew, director del Banco Santander Río, que había permanecido callado durante todo el cónclave, formuló la frase que todos esperaban: 
"Colegas: para nosotros también pasaron cosas. Durante doce años pasaron cosas. Acabamos de escuchar cual es nuestra obligación. Acá no tenemos el Brujo del cuervo, los  dólares no crecerán en los árboles y el dinero cosechado....." 

No hacía falta que terminara la frase. Ya todos intuyeron cual era su deber. Tomaron sus celulares y se comunicaron con sus casas matrices. 





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